PREGONERO 2.018 Vicente Serra Cantó
PRESENTADOR Francisco Antonio Gisbert Miró
Autoridades eclesiásticas y civiles, presidentes de las Cofradías, asociaciones y entidades religiosas, señoras y señores, fieles alcoyanos, buenas tardes a todos.
Ante todo quiero agradecer a los que han confiado en mí, para que este año pronuncie el pregón anunciador de la Semana Santa Alcoyana.
Igualmente, mi agradecimiento a Paco, Francisco Gisbert, por las cariñosas palabra hacia mí en la presentación, que ha precedido a mi intervención. Con él, pese a la diferencia de edad, he compartido múltiples vivencias formando parte del Gremio de Labradores.
Seguro, y no tengo ninguna duda, que muchos de los que hoy me están escuchando, estarán más capacitados que yo para poder realizar este menester, si bien desde el primer momento, acogí el encargo con enorme ilusión. Intentaré hacerles partícipes de mi dilatada participación en amplias vivencias de la Semana Santa y poder transmitirles en la medida de lo posible, mis sensaciones, inquietudes y experiencias.
Desde mi nacimiento, por tradición familiar muy arraigada, formo parte del Gremio de Labradores, del que también eran miembros mi padre Vicente y mis dos abuelos – tanto mi abuelo paterno (Toni) como mi abuelo materno (Pep), queriendo desde aquí rendirles un pequeño homenaje, con la mención a los mismos, pues ellos supieron transmitirme la fe, el amor y la devoción a Cristo Jesús.
Debiendo mencionar también, a mi madre Milagro, quien desde su sencillez, me hizo partícipe de su profundo sentimiento religioso, ¡qué orgullosa estaría la misma, de ver a su hijo encargado de pregonar a todos los alcoyanos, la llegada de la festividad de Semana Santa!.
Ya siendo un niño, desde que contaba con apenas cinco años, participaba en los actos de Semana Santa, en un principio a tan corta edad llevando orgulloso la «la forqueta», con la que acompañaba las imágenes, para que los porteadores de las mismas, pudieren realizar los necesarios y oportunos descansos, y ya desde los doce años tuve el honor y la responsabilidad de portar junto con otros compañeros del Gremio de Labradores la imagen de la Virgen de los Dolores en un principio y posteriormente la de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
Así, año tras año, hasta que por razones de salud, ya no puedo participar porteando la imagen, pero siempre hago acto de presencia acompañando desde mi pertenencia al Gremio de Labradores, todo acto que se desarrolla en relación a la Semana Santa y así será mientras Dios me dé fuerzas para ello.
EL GREMIO DE LABRADORES
OS QUIERE HACER COMPAÑIA
CON LAMENTOS Y GEMIDOS
EN AQUESTE SACRO DÍA
Así pues, ya cumplidos mis ochenta años de edad, participando desde que contaba con apenas cinco años – allá por los años cuarenta -, son ya setenta y cinco años ininterrumpidos de formar parte en los actos de Semana Santa, pidiéndole a Dios Nuestro Señor, me dé de salud y fortaleza para poder participar durante al menos otros setenta y cinco años …, siendo difícil de explicar, lo que siente un hombre de profunda fe al vivir la celebración de la Semana Santa, conmemorando la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, el misterio central del cristianismo.
Hoy pregonamos la Semana Santa.
Por pregón se entiende el anuncio al público de una festividad invitando a participar en la misma, siendo por tanto el objeto de esta alocución, que tengo el profundo honor de pronunciar este año, no sólo el anunciar o proclamar la llegada de la Semana Santa, sino sobre todo el invitar a participar en ella, tanto en el necesario silencio de la meditación, oración y reflexión, como también en las manifestaciones de fe, a celebrar en recuerdo del dolor de Cristo. Hablándoles una persona que con orgullo desde el más profundo sentimiento religioso, ha participado de dichos actos de la Semana Santa Alcoyana durante gran parte de su vida.
Soy consciente, que los que aquí me están escuchando en este momento, la proclamación de este pregón de la Semana Santa, viven de manera intensa, tanto interna como externamente, los actos de Semana Santa formando parte de manera activa en los mismos. Desde aquí y desde mi más humilde modestia, les invito a seguir participando en ellos: en los Oficios, en las Celebraciones Litúrgicas de Semana Santa y el las Procesiones como manifestaciones exteriores de fe.
Entre todos hemos de realizar un gran esfuerzo, para hacer llegar este fervor religioso a los demás, para hacer este fervor religioso a los demás, debiendo saber transmitirlo en el seno de cada familia, a las futuras y venidera generaciones.
Hemos de lograr que, tras épocas de decadencia, perdure el resurgir de la Semana Santa en Alcoy, producido gracia al gran esfuerzo de determinadas personas a las que siempre les estaremos muy agradecidos, debiendo intentar que continúe así durante muchos años.
La Semana Santa, cuyo cartel anunciador ya cuelga al pie del campanario de la Iglesia de Santa María, desde el pasado viernes dos de marzo, llega con la primera luna llena de la primavera.
Es luna llena, la misma que siguió a Jesús camino del calvario, será la que ilumine las procesiones de Semana Santa, en su transcurrir por las calles de Alcoy.
La Semana Santa, desde el punto de vista litúrgico, es el periodo sagrado del cristianismo, que transcurre desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección.
El Domingo de Ramos, que este año será el próximo día veinticinco de marzo, celebraremos la entrada de Jesús a Jerusalén, en la que todo el pueblo lo alaba como Rey, con cantos y palmas, aclamado como hijo de Dios, días antes de su pasión, muerte y resurrección; por ello llevaremos nuestras palmas para que las mismas sean bendecidas.
¡Qué importante la participación, de esos niños alegres con sus palmas para ser bendecidas!. Y qué importante y necesario el sabe transmitir en el seno de cada familia, a esos jóvenes, el significado de dicho acto, cuyo recuerdo perdurará desde su infancia.
Debemos pues transmitir a nuestros hijos, a nuestros nietos, el significado de la Semana Santa, tal y como hicieron con nosotros nuestros padres y antepasados.
Las celebraciones centrales de la Semana Santa son: Jueves Santo, Viernes Santo, Sábado Santo y Domingo de Resurrección.
En el Jueves Santo, recordaremos la Última Cena de Jesús con sus apóstoles, en la que les lavó los pies, dándonos un ejemplo de servicio hacia los demás. En la misma, Jesús se quedó con nosotros en el pan y en el vino, nos dejó su cuerpo y su sangre. Es el Jueves Santo, cuando se instituyó la Eucaristía y el sacerdocio. Es el día del amor fraterno.
Con el Jueves Santo se inicia el Triduo Pascual, es decir, el período en que se recuerda la pasión, muerte y resurrección de Jesús.
En el Viernes Santo recordamos la pasión de Nuestro Señor, conmemorando la muerte de Jesús de Nazaret. Es fundamentalmente, un día de duelo, durante el cual se recuerda la crucifixión de Jesucristo en el Calvario, quien se sacrifica para salvar del pecado a la humanidad y darle la vida eterna.
En el Sábado Santo se recuerda el día que pasó entre la muerte y la Resurrección de Jesús. Es el día del silencio: la comunidad cristiana vela junto al sepulcro. En este día, se lleva a cabo una vigilia pascual, en la cual se acostumbra bendecir el agua y encender las velas en señal de la Resurrección de Cristo.
El domingo siguiente a la primera luna de primavera se celebra el Domingo de Resurrección, que este año será el día uno de abril.
Es el día más importante y más alegre para todos nosotros, ya que Jesús venció a la muerte y nos dio la vida. Conmemoramos la resurrección de Jesucristo, al tercer día después de su crucifixión. Es un día de suma alegría, la esperanza de una nueva vida.
Con la Resurrección, culmina la celebración de los sagrados misterios en esta Semana Santa; la Resurrección es el acontecimiento culminante en que se funda nuestra fe cristiana. Cristo ha muerto por nosotros, ha resucitado para nuestra salvación.
Como decía al inicio de la presente exposición, un pregón no es sólo en anuncio de una festividad sino una invitación a participar en dicha festividad.
Desde aquí pues invitar a todos de nuevo a participar y a invitar a participar de los actos de Semana Santa dando muestras de nuestra fe. «MOSTREMOS A LAS GENTES QUE ALCOY ES RELIGIOSO» tal y como reza en una de sus estrofas el himno a nuestro patrón San Mauro.
Participemos pues e invitemos a participar en los Oficios, en las Celebraciones Litúrgicas y en las procesiones, como manifestaciones externas de fe en esta Semana Santa:
La procesión de la «Burreta» del Domingo de Ramos que nos recuerda la entrada de Jesús en Jerusalén; La procesión de despedida de la Virgen de los Dolores y Nuestro Padre Jesús Nazareno, con el emotivo encuentro y despedida en el «Cantó Pinyó» de la Plaza España; La celebración de la procesión del Cristo Crucificado «Vía Crucis» del Miércoles Santo; La procesión del Silencio del Jueves Santo; La procesión del Santo Entierro del Viernes Santo y La procesión del «Xiulitets» o del «Encuentro» del Domingo de Resurrección.
Miembros de la Cofradía del Santísimo Cristo Agonizante, de la Cofradía del Cristo Yacente y Nuestra Señora de los Dolores, del Gremio de Labradores Jesús Nazareno, y demás fieles devotos alcoyanos: tengamos en cuenta las palabras que nos dirige el Arzobispo de Valencia D. Antonio Cañizares, en su reciente Carta Pastoral a las Cofradías.
En ella nos recuerda que las manifestaciones externas, cuando surgen de una fe viva, cuando son expresión de verdadera devoción, cuando van acompañadas de oración y buenas obras, deberían ser un interrogante para los que las observan, una llamada a la fe.
Que, por ejemplo, los que vayan en las procesiones desfilando expresen de verdad que la muerte de Cristo en la Cruz es la puerta de la salvación para el mundo y que lo hagan de manera que eso se transmita, se entienda, llegue al corazón de los que asisten desde las aceras de las calles.
Para finalizar, permítanme dirigirles a todos una última reflexión:
VIVAMOS INTENSAMENTE Y EN PROFUNDIDAD ESTA SEMANA SANTA, DESDE EL INTERIOR DE CADA UNO DE NUESTROS CORAZONES, COMO AUTÉNTICA MANIFESTACIÓN DE FE.
Muchas gracias.